Y mirarán a mi, a quien traspasaron.
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”
Zacarías 12:10 RVR1960
Hoy se celebra la «pesaj» la Pascua, traducido al inglés es «passover», que literalmente quiere decir, pasar de largo o por encima. Ésta es la clara ilustración de lo que hizo el ángel de la muerte en Egipto con los hijos de Israel, en la última plaga, con la que doblaría Yahweh la cerviz de Faraón, para que dejara ir a los hijos de Israel, a quien Él, por medio de Moisés, fue a rescatar.
La obstinación de faraón fue tal, después de haber demostrado El Señor su poder, con prodigios y maravillas que solo le quedó tocar lo más íntimo de su corazón y mostrar el precio de la esclavitud, con su primogénito.
Los hijos de Israel fueron guardados sin daño alguno, por causa de haber sacrificado un cordero y con su sangre, teñir dinteles de puertas y ventanas, permaneciendo en casa; listos para salir, prestos a ser libres, calzados sus pies y el Bordón en la mano, comiendo el pan y el cordero de manera apresurada. Aún hoy al celebrar la pesaj, hacen esto los judíos. El ángel de la muerte, vio la sangre del cordero y siguió de largo.
Abraham había ofrecido en sacrificio cuatrocientos años atrás a Isaac su primogénito; más Dios viendo la entrega sin condición del patriarca, detuvo su mano y aceptó en su lugar un carnero, en lugar del cordero. Abraham pues entendería el dolor del Padre de Yahweh al enviar a Yeshua su unigénito, el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, a morir en la cruz por nuestros pecados, para nuestra liberación.
En el versículo de nuestro devocional para hoy, vemos la consecuencia de este sacrificio. Cuando «el espíritu de gracia y oración» es derramado sobre los creyentes, volvemos nuestros ojos sobre Él y comprendemos que está en aquella Cruz por culpa nuestra; entendemos nuestra condición y su decisión, por su infinito amor con que nos ha amado.
Hoy es un buen día, para meditar en nuestros corazones, el camino en que vamos y volver la vista a «quien traspasamos» y regresar a las sendas antiguas al «olam» de Dios.
Oremos que nuestros corazones y nuestros ojos, sean abiertos, para ver aquella Cruz. Que nuestra vida le refleje más cada día; que hagamos que su sacrificio haya valido la pena, con nuestro fruto y testimonio, en el Nombre de Jesús, amén.
Felices pascuas.
Pd: Nosotros llamamos viernes Santo este día, los anglosajones le llaman «Good Friday» (buen viernes). Parece contradictorio, qué tiene de bueno si hoy se conmemora la muerte de Yeshua en la cruz; pero cobra sentido, si vemos la obra de la Cruz, lo que está logró, más que quedarnos en el sacrificio y el dolor que produce. Allí está el choque de cosmovisiones, para ellos la tristeza se convertirá en gozo (Juan 16:20), mientras en nuestra tradición, quedamos atascados en el dolor y la tragedia de la Cruz.
Pastor Diego Ospina.