Gócense y alégrense en ti
“Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido. Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.”
Salmos 40:16-17 RVR1960
Siguiendo con el salmo 40 del que vimos ayer el inicio, hoy centraremos nuestra meditación diaria, en la parte final, a la cual, su autor el Rey David, nos conduce para cerrar su «alabanza por liberación divina», con toda claridad el entiende, que el centro del clamor, está en «gozarse y alegrarse en Yavhe, todos los que buscan» y permitir que de los labios brote la alabanza, en aquellos, que aman su salvación y digan: «Jehová sea enaltecido».
En otras palabras, lo más fácil en los momentos de aflicción, en caer en la queja y en la maldición, a causa de la aflicción, pero como el «fuego de combate con fuego», es decir oponer una fuerza contraria a la que procura adueñarse de todo, aquí el salmista, nos lleva a sobreponernos a las circunstancias y transformar la maldición en bendición, exaltando el Nombre del todopoderoso, antes que dejarnos llevar por abatimiento normal que producen las circunstancias.
Más es un tema que no procede del autoconvencimiento, de la declaración positiva, con el fin de lograr a través de las palabras, activar alguna clase de fuerza cósmica que actúe a nuestro favor, por el contrario la alabanza y la exaltación a nuestro Padre Dios, procede del fondo de nuestro corazón, cimentado en la fe, «en la certeza de lo que se espera y en la convicción de lo que no se ve»(hebreos 11:1), por ello David puede escribir las siguientes palabras:
«Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí.»
Por lo tanto el tema, no es sólo que yo me acuerde de Dios y lo alabe, más al exaltar su nombre en alto y no permitir que la ‘quejabanza’ venza a la alabanza, con la certeza, como esta es escrito, que en esos momentos de aflicción y necesidad, «Él pensará en mí» se acordará de mí, estaré en sus pensamientos, es verdaderamente hermoso poder leer esto y meditar en ello, nuestra relación con Dios, no es en un solo sentido, como quien clama, para ver, si de pronto le ponen atención, por si acaso se acuerda Dios de él, no, aquí nos revela esta realidad, «Yavhe pensará en mí», y como sabe el salmista que Dios lo está pensando, termina el salmo diciéndole, «Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes»
Oremos pues, con esta certeza en el corazón, mientras clamamos y esperamos en Dios, El piensa en nosotros, tiene planes para nosotros y vendrá con su ayuda y poder a liberarnos, a librarnos de la aflicción y sanar nuestros corazones y todo nuestro ser, en el Nombre de Jesús amén.
Un muy bendecido día
Pastor Diego Ospina.