La sabiduría sobrepasa a la necedad.

“Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.
‭‭Eclesiastés‬ ‭2:13-14 RVR1960‬‬

Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.”
‭‭Eclesiastés‬ ‭2:26‬ ‭RVR1960‬‬

¿Cuál debiera ser nuestro afán?

Cuando leemos al Rey Salomón quien nos narra en el libro de Ecleciastés acerca de sus grandes logros, sus alcances y sabiduría, y como está precede a la necedad por mucho, más el pasaje que se encuentra entre los versículos de nuestro devocional para hoy, Salomón expone su frustración ante la realidad de la vida y su temporalidad, además que no tiene para el, sentido el trabajar tanto para que después otro herede la obra de su esfuerzo sin haber hecho nada por ello.

“Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.”
‭‭Eclesiastés‬ ‭2:20-21‬ ‭RVR1960‬‬.

Ahora bien, el gran conflicto de Salomón, es comprender que «con nada venimos a este mundo, así mismo, nada nos llevamos», lo que se consiguió, acá se queda. Viendo todo desde está perspectiva, se entiende mejor, que el mundo es una escuela de entrenamiento, donde se nos asigna un tiempo más dones y talentos, pero los resultados obtenidos, por lo menos en lo material, se quedan o son propiedad de la escuela, solo nos llevamos el carácter desarrollado en el entrenamiento.

Más cuando aprendemos a depositar nuestra, confianza y esperanza, solo en Dios, podemos, realmente descansar en Él y gozarnos cada día de contar con su presencia en nuestras vidas, lo cual es el mayor de los tesoros.

Oremos pues, para que el único afán, sea el de agradarle, conocerle cada día más y disfrutar de su amistad en el nombre de Jesús, amén.

Un muy bendecido jueves

Pastor Diego Ospina

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