A causa de su desobediencia.

“Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible —, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.”
‭‭Efesios‬ ‭2:1-3‬ ‭NTV‬‬

“Siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa”, aquí pues a través del Apóstol Pablo, Dios nos revela con claridad la manipulación de la que somos víctimas como seres humanos por parte del “líder de los poderes del mundo invisible” quien usa nuestras propias debilidades humanas, para usarnos a la vez, como instrumentos de destrucción en nuestro entorno, pues llenos de ira, resentimientos, enojo, venganza somos fácilmente manipulables para dañar, herir, maltratar y abusar a quienes nos rodean.

En la carta a los Gálatas, el Apóstol Pablo hace un contraste entre el caminar sin Dios, es decir en la carne, básicamente almáticos, influenciados por el diablo y el hacerlo en el espíritu, guiados por el Espíritu Santo, a lo que llama las obras de la carne y el fruto del Espíritu, respectivamente y podemos leer:

“Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones, pero cuando el Espíritu los guía, ya no están obligados a cumplir la ley de Moisés. Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios. En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.”
‭‭Gálatas‬ ‭5:16-26‬ ‭NTV‬‬

Arrepintámonos pues y permitamos que el Espíritu Santo, de mucho fruto en nosotros, siendo instrumentos de reconciliación, ayudando a construir una nueva nación desde el amor de los unos por los otros, en el nombre de Jesús, amén.

Un muy bendecido viernes

Pastor Diego Ospina

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