¿Cómo está tu corazón?
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”
Santiago 3:14-18 RVR1960.
Claramente Jesús enseñó una y otra vez, «Por sus frutos los conoceréis», un papel prioritario que debemos hacer como hijos de Dios, cada día en nosotros, es supervisar que clase de fruto, estamos produciendo y así cumplir aquel principio dado por el maestro de «sacar primero la viga de nuestro ojo, antes que la paja del ojo ajeno».
“¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
S. Mateo 7:3-5 RVR1960.
Ahora la pregunta es ¿Cómo puedo identificar que clase de fruto estoy dando? La respuesta es también un principio Bíblico:
De la abundancia del corazón, habla la boca:
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
S. Lucas 6:45 RVR1960
Por lo tanto, si de tus labios, brotan palabras, de amargura, rabia, frustración y las demás clases de alimañas que salen de un corazón envenenado, es hora de ir delante del Señor, en arrepentimiento, y despojarse en su presencia de toda esta basura, sólo Él puede, «cambiar, nuestro lamento en danza» (Salmo 30:11), deja de llevar la pesada carga de la ira, el enojo, justificándote en lo mal que has sido tratado, en lo injusto que han sido contigo, despójate, de todas estas plagas que contaminan el jardín de tu corazón, aplícales, insecticida espiritual, siendo sanado, renovado en la presencia del Espíritu Santo, nadie, nos debe nada, pero en Él podemos tenerlo todo, si permitimos que nos sane y restaure el corazón, y podrás tener «paz en la tormenta y gozo en la adversidad», cuando nos quedamos en la pataleta de lo injusto, nos ponemos en lugar de Dios, que juzga el bien y el mal, más cuando dejamos que El sea el único Juez y descansamos en su voluntad, «hágase tu voluntad» por dar un ejemplo, podremos vivir llenos del gozo del Señor, dando fruto abundante de justicia.
Así que hoy, levantate a desyerbar tu jardín de las malas hierbas, a purificar tu corazón, muriendo al yo y viviendo en la voluntad del Señor, quien tiene cuidado de nosotros, en el Nombre de Jesús, amén.
Bendecido martes.
Pastor Diego Ospina.