El alma generosa
“Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.”
Proverbios 11:24-25 RVR1960
Cuando leemos, los versículos de nuestra meditación diaria, el principio de la generosidad nos es declarado con toda autoridad, es decir aquí, no existe el quizá, o probablemente, más la certeza que la generosidad traerá de por sí recompensas.
Lo triste es que vivimos en medio de un mundo ruin, que sólo piensa en el enriquecimiento personal aún a costa de los demás, no es raro ver el inmenso desfalco al erario público que hacen los gobernantes, elegidos por los ciudadanos para, supuestamente trabajar por el bien común.
El problema es que estas formas de comportamientos, terminan replicándose a lo largo y ancho de la sociedad, convirtiéndose en un verdadero cáncer social, sólo por tomar un ejemplo, ayer veíamos en las grandes ciudades de Colombia una huelga de taxistas, que de la manera más grotesca, deplorable y hasta violenta en muchos casos, exigían, en términos generales, ser los únicos que prestarán ese servicio, en otras palabras, el pasajero tiene la obligación de tomar el servicio que ellos ofrecen sin importar, la calidad del mismo, ellos nada o poco muestran interés en mejorar, modernizarse y competir con calidad y precio, por el contrario exigen exclusividad, por encima de lo que sea, valga la aclaración que no son todos por supuesto, pues también se pudo apreciar con suma preocupación y tristeza como obligaban a quienes querían trabajar, por la fuerza a bajar los pasajeros y hasta les pincharon las llantas.
El contraste con los versículos de nuestro devocional para hoy, es evidente, pero no sólo es este gremio, como dirían en el argot del béisbol, esto pica y se extiende, cuando Jesús realizó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, todo arrancó por la acción generosa de un muchacho:
“Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?”
S. Juan 6:9 RVR1960.
Este en lugar de apartarse a comer lo que con seguridad su madre una mujer precavida, le envió, estuvo dispuesto a sacrificar o poco por el bien de muchos y el milagro de la multiplicación tuvo lugar.
Meditemos hoy en nuestro interior y decidamos creerle a Dios, renunciar al ejemplo macabro con que este mundo nos contamina cada día y volvamos al principio elemental de la bendición, partir el pan con el hambriento (Isaías 58:7), pues como está escrito, «el alma generosa será prosperada», en el Nombre de Jesús, amén.
Un muy bendecido día
Pastor Diego Ospina.