¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.”
1 Corintios 1:20-21 RVR1960.
Cuando leemos este pasaje de nuestro devocional para hoy, viene a la mente la locura en que vivimos, en medio de una generación que a «lo malo llama bueno y a lo bueno llama malo».
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”
Isaías 5:20 RVR1960.
Pues es aterrador ver por ejemplo las decisiones de las cortes, impulsando la destrucción de la vida desde el vientre en el aborto, el consumo de drogas, con el pretexto del «libre desarrollo de la personalidad», inclinada a beneficiar a unos por encima de otros, no en derecho ni en justicia, más por oscuros intereses.
Y tal como podemos leer en el pasaje inicial, «Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.» Y un poco más atras esta escrito:
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”
1 Corintios 1:18 RVR1960.
Es decir cuando se está lleno de orgullo y se quiere ser como Dios, y tratar de entenderlo todo, explicarlo y controlarlo, se llega a la torpe conclusión de la no existencia de Dios, pues Él es mayor al entendimiento temporal y jamás desde la limitada mente humana se podrá conocer, más cuando por medio de la fe, entramos en su presencia, vemos con asombro su majestuosidad, pero para que esto pueda suceder, el Espíritu Santo, debe quitar la venda de los ojos, la mente y el corazón de los seres humanos y esto ocurre a través de la predicación en aquellos en que Dios ha puesto el deseo por buscarle, pues así como un pequeño fuego enciende la pólvora seca, así la predicación enciende la vida de quien Dios esta tocando, por ello no podemos dejar de hacer la obra de evangelista, porque no sabemos cuantos a nuestro alrededor Dios los ha preparado para recibir la palabra y pasar de muerte a vida.
Oremos pues para que abra nuestros ojos y podamos ver aquellos que Dios esta tocando, para que no callemos y extendamos El precioso mensaje del evangelio en todo tiempo, en el nombre de Jesús, amén.
Un muy bendecido martes,
Pastor Diego Ospina
