No temas; cree solamente.
“Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.”
S. Lucas 8:50 RVR1960
Si hay algo que no deja de impresionarme, es la fe, esa capacidad dada por Dios, para esperar con certeza y tener convicción de algo aunque nada podamos ver, tal como lo dice Hebreos 1:11
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 11:1 RVR1960
Dios mismo, nos capacita por medio de su poder para tener fe en Él y con Él se fortalece, al pasar tiempo en oración, pues aún la carta a los hebreos continúa diciendo:
“Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Hebreos 11:2-3 RVR1960.
Los antiguos, es decir los patriarcas y todos aquellos que nos precedieron, comenzando por Abraham. llamado «el padre de la fe», al haber creído y esperado en Dios para recibir un hijo que le había sido prometido y después con el muchacho ya grandecito, ser llamado por Dios para ofrecerlo en sacrificio y aún así, obedecer, basado sólo en la fe, de aquel a quien creyó y siguió creyendo a pesar de lo absurdo de la petición y a partir de allí la carta se explaya contando acerca de las mil y una cosas que ocurrieron con estos a quien llama «antiguos».
Sé por otro lado que muchos predicadores, han abusado de la fe y abusan aún, al impulsar al creyente para creer, valga la redundancia, en cosas superfluas, materiales y efímeras, hacia las cuales nos arrastra el mundo que nos rodea, olvidando que Dios nos ha dado su propio Espíritu, el cual por sus dones y poder nos conduce ha ser hechos a la medida del varón perfecto, es decir Cristo y con esto estar cimentados en fundamento sólido , puestos los ojos no en lo temporal más en lo eterno, entendiendo que aquello a lo que el mundo se desboca es pasajero.
Por ello, cuando leo en el versículo de nuestro devocional para hoy, Jesús rescatando la fe de Jairo, el principal de la sinagoga para creer en el poder de Dios, no deja de impresionarme, pues la razón recibida de los que venían de casa, es que ya no había nada que hacer, pero lo que ellos no contaban y nosotros si, por su gracia, es que ahí estaba Jesús el Cristo, el Hijo de Dios.
Oremos pues para que nuestro corazón se alinee a la fe de Dios y puestos los ojos en Él, la Roca eterna, nos impulsemos a lo fundamental, su voluntad, sabiendo que lo demás será añadido por su gracia y favor y crezcamos en nuestra comunión con Dios, en el Nombre de Jesús, amén.
Un muy bendecido día.
Pastor Diego Ospina.