Pero la gracia y la verdad
“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
S.Juan 1:17 RVR1960.
Este versículo de nuestro devocional para hoy, nos dice, en su primera parte «pues la ley por medio de Moisés fue dada» en ella encontramos los diez mandamientos, siendo en total, seiscientas catorce leyes.
Tratar de vivir por la ley, es la imposición de las religiones, pues estas enseñan que para poder agradar a Dios y alcanzar sus bendiciones, es necesario obedecer todos sus preceptos y como físicamente es imposible. En algún momento el individuo, fallará, debido a que como ser humano, no es perfecto, de ahí que las religiones se inventaron, las penitencias, por medio de las cuales se accede a ese perdón, a un «borrón y cuenta nueva», el cual debe ser determinado por una autoridad eclesiástica, quien le concede o no la absolución. Triste condición, sin lugar a dudas es la del pecador, estar apartado de Dios es caminar en el infierno, la zozobra del alma es inaguantable, la angustia es pan de cada día, pero peor es la condición del religioso, que le toca depender de otro ser humano para procurar, si se pudiera ser absuelto de tal pena…
Más la escritura hace una declaración radical, que está en la segunda parte del versículo de nuestro devocional para hoy, y dice, «pero la gracia y la verdad, vinieron por medio de Jesucristo», el término griego para gracia es Xaris/ Charis de donde viene carisma y su traducción es favor, don, regalo, quiere decir, recibir el favor de Dios, porque Él está dispuesto a darlo. Por lo tanto a través de Jesucristo, nosotros los creyentes, hemos sido absueltos del pecado, no hay condenación y verdad del griego (aletheia) deriva del prefijo a que es sin y lanthano, que es estar escondido, oculto, por lo cual la verdad es sin fingimiento, sin nada oculto, es decir gracias a Jesús Cristo recibimos la absolución, el favor de Dios y la posibilidad real de vivir una vida sin nada oculto, una vida en victoria, en libertad.
Ahora bien en la carta a los Romanos el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo, expone esta realidad de la siguiente manera.
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”
Romanos 8:1-2 RVR1960
Por lo cual sólo se puede vivir en plenitud de la gracia y la verdad, siendo llenos del Espíritu Santo, permitiendo que nos invada con su presencia, invitándolo cada día a ser el todo en nosotros, teniendo comunión con Él, gozando de su amistad, de su presencia en nuestras vidas, viviendo una vida de adoración permanente, en el Nombre de Jesús amén.
Feliz y bendecido día
Pastor Diego Ospina.
