“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.”
S. Mateo 2:1-6 RVR1960.
Me impresiona profundamente este pasaje, el cual es para algunos solo una bonita historia para recordar en Navidad y contarla a los niños a la luz del pesebre, el árbol y los regalos, los cual no está mal, pero la realidad esta narración expone varios elementos muy claves dentro de la palabra de Dios, por darles algún orden, me tomaré el atrevimiento de enumerar unos tres.
Hoy mi clamor es por un despertar en general, estamos como en los tiempos que nos narra este capítulo, del evangelio de Mateo, desapercibidos del Cristo de Dios, del libertador y aunque hoy su nombre es anunciado en las naciones, los pueblos siguen presos entre cadenas de distracción, conforme al príncipe de la potestad del aire, el enemigo de nuestras almas los tiene a su voluntad.
Señor clamamos a ti por un despertar primeramente de tu iglesia, pero también de las naciones de la tierra, levantanos del sueño profundo, que los ojos sean abiertos y caiga toda venda de ellos para ver y reconocer al Salvador nuestro Señor Jesucristo, en el nombre de Jesús amén.
Un muy bendecido miércoles
Pastor Diego Ospina