Rescataré a mis ejércitos…
“Aun así, el faraón se negará a escucharte; por eso alzaré mi puño contra Egipto. Luego rescataré a mis ejércitos —a mi pueblo, los israelitas— de la tierra de Egipto con grandes actos de juicio.” Éxodo 7:4 NTV
El corazón de Dios, se ve reflejado con claridad en este versículo del libro de Éxodo, su amor por la creación, los seres humanos, Israel como su pueblo elegido y nosotros la iglesia sus redimidos, es así, rescatarnos es su principal cometido, su intención mayor, pues el ser humano vaga sin rumbo desde que salió del Edén, persiguiendo quimeras, embobado por las fantasías y vanas ilusiones con que lo engatusa el tiempo presente, más como dice Dios en este versículo, “rescataré a mis ejércitos”, pues Él no nos ve como desvalidos, incapaces o ineptos, por el contrario ve nuestro potencial, lo que por medio de su poder en nosotros a través del Espíritu Santo, podemos llegar a ser, esto es “más que vencedores” como esta escrito en la carta a los Romanos, el Apóstol Pablo, al describir las dificultades de la vida que debemos enfrentar a diario expresa lo siguiente:
“¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.”
Romanos 8:35 y 37 NTV
Somos sus ejércitos, hijos e hijas de Dios que acuden a su llamado y permiten que Su Presencia genere la diferencia en nuestro ser interior, siendo, amados, fortalecidos y equipados para dar la pelea cada día, levantarnos cuando caemos, sacudir el polvo de nuestras vestiduras y seguir adelante, extendiendo el reino de Dios por medio de su amor a toda la humanidad.
Déjate pues, usar hoy por El, a donde quiera que vayas, permite que te sorprenda al tocar otras vidas por medio de la tuya, llevando consuelo a otros, mientras eres consolado por la presencia del Espíritu Santo en tu corazón, en el nombre de Jesús, amén.
Un muy bendecido miércoles.
Pastor Diego Ospina
