Si Jehová no edificare…
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.”
Salmos 127:1-2 RVR1960
Cuando Dios no es el centro de todo, todo lo que se haga, no es más que vanidad, en estos dos extremos se debate la existencia humana, entre lo banal y lo eterno, Jesús ilustraría, este principio con toda claridad al cerrar el «Sermón del Monte», la «carta Magna del Reino de Dios.» En Mateo 7:24-26.
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
S. Mateo 7:24-27 RVR1960
Por lo tanto, todo el esfuerzo, el sacrificio que podamos invertir en levantar, desde una familia, una empresa, hasta una ciudad y una nación será vano, si el cimiento es voluble, como la arena y como la voluntad humana, vivimos en tiempos aterradoramente esquizofrénicos, en donde se prédica una cosa y se hace todo lo contrario, en donde se habla del respeto a la vida, por mencionar sólo un ejemplo, pero se promueve el aborto y la eutanasia, tiempos en los cuales se impulsan los derechos individuales de unas minorías, a la vez que se violentan los de otras, tiempos en que el ser humano, construye sin Dios, sobre la arena, convencido y ciego en su propio razonamiento, que edifica sobre cimiento sólido, lo único que vendrá y ha llegado ya, es el derrumbe, la ruina total de la sociedad que procura edificar.
Nuestro deber como hijos de Dios, es volver el fundamento al centro de la existencia misma, en todo lo que hagamos, es actuar coherentemente con la guía del Señor, su palabra, al amor a Él sobre todo y al prójimo como a nosotros, trabajar, apoyar e impulsar aquellos que edifican y velan guiados por el Señor, cuyo fundamento es Cristo, «la Roca inamovible», en el Nombre de Jesús, amén.
Un muy bendecido día.
Pastor Diego Ospina.