Tomará de lo mío y os lo hará saber:
“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
S.Juan 16:7-15 RVR1960
En el Evangelio de Juan, podemos encontrar, desde el capítulo 12, hasta el 17 incluido, qué ocurre en aquella noche de jueves en que Jesús nuestro Señor, habría de ser arrestado. Narra cada acontecimiento y cada enseñanza.
Hoy es un día maravilloso, para recorrer todos estos pasajes y meditar en sus enseñanzas; arranca desde el lavamiento de los pies a los discípulos, hasta la oración sacerdotal, en la cual ruega al Padre por sus discípulos y por aquellos que habrían de venir, a causa de su palabra y testimonio:
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
S.Juan 17:20-21 RVR1960.
Volviendo al pasaje inicial, podemos ver claramente la promesa del Espíritu Santo; que el papel redentor de Jesús, su sacrificio en la cruz, el rescatarnos del Imperio de la muerte, tiene un objetivo mayor, que sólo perdón de pecados y vida nueva.
Tiene el objetivo, de no sólo, llevarnos de regreso al Padre, más el de darnos al Espíritu Santo y por medio de Él, podamos ser despertados, del aletargamiento en que la vida de pecado adormece a quienes habitan en ella, convenciendo al mundo de pecado, de justicia y de juicio; en otras palabras, ser desenchufados de «La Matrix», abiertos los ojos del corazón, teniendo nuestro espíritu renacido, sabiendo que somos justificados, presentados delante del Padre por Jesucristo como suyos y entendiendo que el príncipe de este mundo, ya fue juzgado y no tiene autoridad sobre los hijos de Dios: Nosotros.
Además, el Espíritu Santo nos guía a toda la verdad y por medio de ella somos hechos libres, es decir, podemos ver la realidad sin ediciones, entender qué es bueno y qué es malo en realidad, poder tomar la decisión y elegir.
Mi oración es que meditemos en su palabra en lo profundo de nuestro corazón y la recibamos, anhelando que sea hecha vida en cada uno de nosotros, decidiéndonos a vivir por ella, cada instante de cada día, en el Nombre de Jesús, amén.
Los amo y bendigo en el Nombre de Jesús amén.
Pastor Diego Ospina.
