Venid a mí.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
S. Mateo 11:28-30 RVR1960
En una ocasión, que nos describe la Biblia en otro pasaje diferente a este de nuestro devocional para hoy, pero en esencia relacionado con el, Jesús ha confrontado a quienes le seguían, pues sabía que ellos venían a Él, no por las señales más porque habían comido del de la multiplicación de los panes y los peces, más Él, les aclara diciéndoles que ese pan temporal, no es el todo de Dios, que Él es el pan que descendió del cielo y es necesario beber su sangre y comer su carne, es claro que no se refería literalmente más sí espiritualmente a lo que debían y debemos hacer sus hijos, sus discípulos
Si existe un lugar en las escrituras en donde Jesús abiertamente se revela como el hijo de Dios, el Salvador y redentor es allí, en Juan 6:22-71. Pero estas palabras cayeron mal entre los que las oían y mucha gente, dejó de seguirlo, aún muchos de sus discípulos, así que confronto también a las doce y les dijo ¿Ustedes también se van?
“Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”
S.Juan 6:68-69 RVR1960
Ahora bien, la relación real entre estos dos pasajes es que en ellos se expresa la intención profunda de Dios:
De recoger a sus hijos, con el fin de unirnos a Él y esto si es literal, es decir cuando nos es aclarado en nuestro interior por medio del Espíritu Santo que es ser uno en Él, es estar, unidos por su yugo, cubiertos por sus alas, comiendo de su carne, bebiendo de su sangre, descansando en su presencia, llenos de su gracia y favor, pero tristemente somos en muchos casos, como los discípulos del tiempo de Jesús, descritos en Juan 6:66. Quienes sólo buscaban los beneficios de Dios, y seguir con su vida a su manera, es decir que Dios nos bendiga y hacemos lo que bien nos plazca, pero este no es el fin, ser uno en Él, es morir cada día al yo para vivir solo con Él y para Él.
Clamo al Señor que nos de entendimiento y podamos recibir su palabra con un corazón dispuesto y una mente abierta, que entendamos que todo lo que deseamos, necesitamos o buscamos, está en Él y sólo en Él, en el Nombre de Jesús amén.
Un muy bendecido día.
Pastor Diego Ospina.