Vigilar y orar.

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.”
‭‭S. Marcos‬ ‭13:31-37‬ ‭RVR1960‬‬

Jesús, los días previos a la Pascua, está hablando con sus discípulos acerca de las señales y los tiempos finales. En este pasaje de nuestro devocional para hoy y deja una advertencia clara, contundente para la Iglesia, para los creyentes: Vigilar y orar, porque hay acontecimientos que se dan de repente y no deben agarrarnos desprevenidos.

He aquí la clave del asunto: No se trata de vivir, prevenidos, contra todo, como quien, lleno de temor por lo que espera, vive en un terrible estado de angustia, que al menor ruido se espanta, no. Se trata de vivir atentos, despiertos, alertas, orando en todo momento.

La oración tiene el poder de abrir un canal de comunicación con Dios. Necesitamos mantenerlo abierto, como el radio de comunicaciones que llevan consigo, los organismos de seguridad, no puede estar apagado, con las baterías descargadas; deben portarlo a toda hora, con el canal de comunicación, abierto y despejado. Esa es probablemente uno de los grandes errores de los creyentes; que pasamos por alto esta advertencia y tan pronto somos alistados en el ejército de Dios, en lugar de prestar guardia, nos relajamos, abandonando las armas de nuestra lucha y permitiendo que el canal de comunicación, sea intervenido por cualquier distractor que nos ofrece este mundo.

Que hoy sea un día de reflexión, mientras recordamos los hechos que ocurrieron en una semana como ésta. Hace más de dos mil años atrás, el costo que tuvo que ser pagado por nuestro amado Señor Jesucristo, y retomemos nuestro compromiso con toda diligencia. Por esto en la carta a los Efesios, en el capítulo seis, el Apóstol Pablo, cierra la descripción de la armadura de Dios, con esta urgencia:

“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”
‭‭Efesios‬ ‭6:18‬ ‭RVR1960‬‬

Oremos para que el Espíritu Santo, sea trayendo convicción a nuestro corazón, sobre la realidad espiritual que nos rodea, las maquinaciones del reino de las tinieblas y la urgencia nuestra de velar y orar todo el tiempo, en el Nombre de Jesús amén.

¡Muchas bendiciones!

Pastor Diego Ospina.

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