Yo los elegí…
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.”
S.Juan 15:16-17 RVR1960
Los versículos de nuestro devocional para hoy, nos dejan claro varias cosas fundamentales con respecto a la fe.
Primero que todo; que es Dios, quien nos elige, nadie puede hacerse hijo de Dios, si Él no lo ha escogido, así que alguien podría preguntarse habré sido elegido y la respuesta clara es esta, la que Jesús da a los fariseos de su época, que le cuestionaban el Ser El Hijo de Dios.
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”
S.Juan 8:47 RVR1960.
Cuando se camina sin Dios, no se piensa en agradarle, no se preocupa por lo que dice la Biblia con respecto de esto o lo otro y peor aún, no se somete a la autoridad dada por Dios, ni a Dios mismo.
Pero cuando en nuestro interior nace, el deseo genuino de buscarle, conocerle y agradarle, es una clara muestra que hemos sido elegidos.
Segundo fuimos elegidos con un propósito, para «vayamos y llevemos fruto un fruto permanente», en otras palabras, que la presencia de Dios, se manifieste en nosotros y a través de nosotros al mundo entero, siendo luz y sal de la tierra y ello trae una promesa y una consecuencia que «todo lo que pidiéramos al Padre, El nos lo dé», cuando es con el propósito de dar fruto, extender su reino, ser sus embajadores, su representación, canales de su gloria en la tierra, todo lo que pidamos, será provisto, con este propósito, el cual es absolutamente opuesto al deseo, pensamiento y acto del ser humano sin Dios, que pide, busca y quiere, para su mismo. Por ello, Jesús cierra este pasaje con un mandamiento que encierra el llamado, la elección nuestra, por parte de Él, amarnos los unos a los otros.
Oremos para que su palabra cobre vida en cada uno de nosotros, que nuestro interés, no sea otro que amar a Dios, representarle y servirle de canal, para traer vida a un mundo inerte, amandonos los unos a los otros con amor sincero, en el Nombre de Jesús amén.
Los amo y bendigo en Cristo Jesús.
Pastor Diego Ospina.